(Traducción al español)
Buenas tardes a todos, saludo a la Presidenta Barbara Mangiacavalli y le agradezco la invitación a participar en el tercer congreso de la FNOPI. Saludo al Ministro de la Administración Pública Paolo Zangrillo, que creo se conectará más tarde, al Presidente de la Conferencia de las Regiones Massimiliano Fedriga, al asesor de políticas de salud de la Región Emilia-Romaña Massimo Fabbi, a todos los ponentes y a todos los presentes.
He escuchado con atención la intervención de la Presidenta Mangiacavalli; ha tocado temas relevantes que están en el centro de este congreso, que cuenta con una participación realmente numerosa, lo que indica claramente que han elegido ser protagonistas del cambio que está afectando al Servicio Nacional de Salud.
Los enfermeros desempeñan un papel fundamental en la sanidad pública, también a la luz de los muchos desafíos actuales. Es una profesión que estamos comprometidos en valorizar gracias al impulso dado por la FNOPI con enfoques innovadores y proactivos.
Este evento representa una ocasión importante de confrontación. Considero apropiada la imagen elegida para su congreso, el cubo de Rubik, una representación objetiva de la complejidad del sistema de salud, al cual deben darse respuestas y soluciones innovadoras destinadas a recomponer sus muchos elementos.
En este contexto tan complejo y articulado, es fundamental reiterar la importancia central de la evolución de la profesión enfermera, reconociendo a los enfermeros competencias avanzadas en sectores fundamentales para apoyar áreas estratégicas prioritarias del servicio nacional de salud.
En su intervención, la Presidenta Mangiacavalli recordó el compromiso y el trabajo realizado junto con el Gobierno en estos años para promover la profesión enfermera. Volveré sobre algunas de las medidas mencionadas, pero deseo expresar mi aprecio por la visión de conjunto, el llamado a la coordinación y la necesidad, en un sistema complejo como el sanitario, de que todos los actores den su contribución, porque, como también dijo la Presidenta Mangiacavalli, no se gana en solitario.
Y añado que solo con trabajo en equipo lograremos preservar una sanidad inspirada en los principios de universalidad, solidaridad e igualdad. A este respecto, permítanme un breve paréntesis: hace pocos días un periodista relató su experiencia negativa como paciente en estructuras públicas inglesas.
El sistema sanitario británico, al que, como saben, se inspiró nuestro modelo de bienestar sanitario en 1978, está atravesando una grave crisis. Esto debe hacernos reflexionar sobre la resistencia y robustez de nuestro Servicio Nacional de Salud, pero también sobre la necesidad de implementar los cambios necesarios para garantizar a largo plazo la sostenibilidad de nuestra sanidad pública.
Para lograrlo, lo sabemos bien, es necesario reforzar la medicina territorial, para tener una integración real entre el nivel hospitalario y el territorial, con el objetivo de mejorar la calidad de los servicios, aumentar la eficiencia y la capacidad de llevar cada vez más cuidados al domicilio de los pacientes.
Esto adquiere aún más relevancia en una nación longeva como la nuestra, con un número creciente de personas mayores, pacientes con comorbilidades, con múltiples patologías, que deben ser atendidos en el hogar o en estructuras de baja intensidad clínica, no siempre en hospitales que deben volver a ocuparse prioritariamente de agudos y patologías más complejas.
En este cambio de paradigma, los enfermeros desempeñan un papel central. La necesidad de asistencia enfermera está creciendo considerablemente. En la sanidad del tercer milenio que queremos construir, el enfermero será cada vez más llamado, en colaboración con un equipo multidisciplinario, a desempeñar un papel de enlace con el hospital, también en el ámbito extra hospitalario.
En este escenario, la escasez de personal de enfermería representa sin duda la principal crítica a resolver. En esta dirección hemos tomado algunas de las medidas que mencionó antes la Presidenta Mangiacavalli.
Permítanme reivindicar que este Gobierno, tras años en los que se subestimó la cuestión de la enfermería, ha dado señales importantes que muestran la voluntad de devolver atractivo a esta profesión tan importante.
Porque solo si hacemos nuevamente atractiva esta profesión resolveremos la escasez de enfermeros y detendremos la fuga hacia el extranjero. No hay soluciones fáciles e inmediatas para muchas de las dificultades que en parte hemos heredado.
Debemos decir con gran claridad que en un contexto de recursos limitados ha sido necesario hacer elecciones. Nosotros hemos elegido apostar por el personal sanitario, prestar gran atención precisamente a los enfermeros.
Hemos comenzado mejorando las retribuciones económicas, interviniendo sobre la exclusividad laboral, y recuerdo que recientemente el Parlamento ha votado una enmienda al DDL sobre las prestaciones sanitarias que prorroga hasta 2027 la posibilidad de ejercer la libre profesión.
También hemos empezado a aplicar normas más severas para detener el fenómeno de la violencia en las estructuras sanitarias, que afecta principalmente a los enfermeros, que son los primeros en interactuar con los pacientes y sus familiares.
Pero la valorización también se construye reformando los itinerarios de especialización con la adquisición de nuevas competencias y conocimientos avanzados necesarios para el progreso profesional.
En este ámbito, el Ministerio se ha comprometido a iniciar en breve los cursos de grado especializados en cuidados primarios, salud pública, cuidados pediátricos y neonatales, cuidados intensivos y emergencia.
En una sanidad en constante evolución, es necesario permitir a los jóvenes que deseen emprender esta profesión elegir un recorrido clínico además del organizativo.
Es un cambio que debe seguir adelante porque somos conscientes de que para hacer atractiva una profesión hay que dar a los jóvenes una perspectiva. Garantizarles la posibilidad de avanzar en su carrera es una palanca motivacional fundamental.
El fortalecimiento de las competencias también es importante para permitir a nuestros jóvenes adquirir conocimientos adecuados a una sanidad que ha cambiado mucho y que requiere nuevas habilidades, como la capacidad de gestionar tecnologías digitales para lograr una sanidad verdaderamente de proximidad.
Siempre con una óptica motivacional y de valorización de la profesión enfermera, hemos promovido con las Regiones cambios relativos a la figura del operador socio-sanitario y la introducción del asistente de enfermería.
La finalidad es apoyar al enfermero, que sigue siendo el responsable del proceso funcional. Como dije al inicio, para gobernar un sistema complejo como el sanitario, se necesita la contribución de todos.
Estoy seguro de poder contar con su contribución para la plena funcionalidad de las importantes inversiones del PNRR. De hecho, solo si todos los actores en juego deciden participar, lograremos hacer nuestro sistema nacional de salud más moderno y eficiente.
Solo con la participación efectiva de todos podremos finalmente decir que las seis caras del cubo de Rubik que adorna esta sala estarán orientadas en la dirección correcta. Gracias y buen congreso.